Kipling escribió que la victoria y el fracaso son dos imposibles. «Conviene recibirlos con la misma serenidad e idéntico desdén» No es precisamente el caso de nuestro alcalde, que quizás dada la inminente cercanía de la Navidad y sus alrededores, que son todavía peores, nos ha comunicado hace unos días que la hercúlea misión de sanear las arcas locales está culminada.
La Noria del lunes en El Mundo.