Cumplido el rito del Lunes de Pentecostés, con su alba oscura, mientras los romeros -y los romerales- de la República Indígena rezaban tras cruzar las arenas ardientes en dirección al ombligo de la Marisma, Almonte, nuestro particular Cuzco, donde la providencia ha hecho coincidir bajo la sombra del mismo simpecado a la paloma –Su Peronísima (marchita)– y al palomo –Su Reverendísimo–, parece que el milagro de los primeros presupuestos de las derechas va por fin, y no sin esfuerzo, encarrilándose. Hasta esta tarde, cuando comience la discusión parlamentaria de las primeras cuentas en escabeche -del cambio desde luego no son-, no tendremos seguridad plena de cómo terminará el culebrón, pero las aguas comienzan a encauzarse. Sellado un principio de acuerdo entre PP y Vox para conquistar Madrid, entre otras plazas en disputa, y con la virginidad del Adelantado Marín (Cs) perdida sin remedio, ya no hay razón táctica para mantener la enmienda de Vox a la totalidad del presupuesto.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
Deja una respuesta