El cambio político en Andalucía, gobernada por las derechas desde hace medio año, lejos de avanzar, retrocede a toda velocidad y corre el riesgo de quedarse –como se temía nada más constituirse el bipartito entre PP y Cs– en una mera alteración nominativa. Perduran los vicios de siempre, aunque con caras distintas. El ejemplo palmario, que se suma a la ausencia de una verdadera reforma integral de la Junta, es la renovación de la Radio Televisión Andaluza (Canal Sur) y el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA), dos instituciones públicas de representación parlamentaria blindadas en el Estatuto de Autonomía que llevan más de un lustro en una situación de ilegalidad al no haber renovado a tiempo sus máximos órganos de gobierno. Un acuerdo tácito entre PSOE y PP, que ignoraron la distribución parlamentaria de la pasada legislatura –cuando Cs y Podemos se sentaron por vez primera en la cámara de las Cinco Llagas–, lo impidió. Desde entonces, los dos grandes partidos han mantenido en una interinidad perdurable a veinte altos directivos del susanato, cuyos sueldos han superado durante esta media década el que cobraba la expresidenta de la Junta.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.
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