«Donde fueres, haz lo que vieres», dice el refranero español con sus dos formas de futuro de subjuntivo consecutivas. La recomendación hizo fortuna entre nuestros literatos del Siglo de Oro, que la canonizaron (en letra impresa) en La lozana andaluza, esa novelita lumpen de Francisco Delicado –«Ve do vas, y como vieres así haz»-, y en El Quijote, donde Cervantes escribe: «Haz como vieres, cuando a Roma fueres». Al Reverendísimo Bonilla no le ha hecho falta ir a la Ciudad Eterna para aplicarse el cuento. Ha bastado una gira (electoral) por las latitudes de la Marisma, esa Nueva Roma, para sacar de su interior -exactamente de lo que podríamos denominar el cuore– el sentimiento que unos llaman fe, otros devoción y nosotros -sabrán ustedes perdonarlo, queridos indígenas- consideramos interés. Terrenal, se entiende.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.
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