Del griego άπατρις.
Adj. Dicho de una persona que carece de nacionalidad.
Crónicas Apátridas es un cuaderno de bitácora centrado en los viajes.
Mapa: Joost de Hondt (1589).
VIAJAR SIN MAPAS
El mito más perdurable de toda la cultura occidental es aquel que nace a partir del acto físico, pero también espiritual, de moverse de un sitio a otro. De partir desde un lugar determinado para llegar a otro distinto, impar y extraño. La actividad que desde los antiguos denominamos viajar, incluida su variante más frecuente: perderse. Desde el lejano tiempo de los griegos y los fenicios a las horas contemporáneas, desde los mercaderes a los ejecutivos, pasando por los poetas y los notarios, todos nos movemos antes o después por el mundo aunque nuestros motivos, oficiales o secretos, públicos o íntimos, difieran en cada caso concreto. En algún momento de nuestra existencia, queriendo u obligados, todos nos enfrentamos, de forma distinta quizás, pero permanente, a lo desconocido. Vivimos así una ceremonia misteriosa que consiste en transitar desde un aquí en dirección a un (más) allá que puede ser geográfico o mental.
En cierta manera, existir consiste en practicar con cierto éxito este ejercicio. Igual que ocurre en la vida, solemos emprender el trayecto sin saber del todo qué dirección exacta vamos tomar, cuál es el sendero correcto hacia el destino, dónde está la tierra firme. La incertidumbre es inherente a cualquier viaje. Aunque ésta no se combate más que continuando el camino, por difícil que parezca. La verdadera aventura vital consiste en tratar de sobrevivir (conociéndose uno a sí mismo) en el inmenso océano de la duda hasta ser capaz de poner ciertos puntos en un mapa. Nuestra vida.
Carlos Mármol. Viajar sin mapas.
Artículos de Crónicas Apátridas.