“Los cuatro poetas más grandes de Portugal en el siglo XX fueron Fernando Pessoa”. Detrás de esta frase lapidaria palpita una verdad. Pero para explicarla Ricard Zenith (1956) ha necesitado escribir 1.500 páginas de la biografía definitiva del colosal escritor portugués, el único –a excepción de Bob Dylan– que, si no hubiera muerto hace ahora noventa años, un día postrero de noviembre en el barrio periférico de Dos Prazeres, hubiera podido decir con rigor el célebre verso de Walt Whitman: “I contain multitudes”. El libro de Zenith, que la editorial Acantilado acaba de poner en circulación coincidiendo con las vísperas de las fiestas navideñas, es un prodigio documental y descriptivo. Está llamada a ser una de las obras literarias del año que termina dentro de un mes, tanto por la profundidad de su indagación en la figura de Pessoa –sobre la que en Portugal escribió primero João Gaspar Simões; en España lo han hecho Ángel Crespo y el poeta Manuel Moya, que este año publicó en Fórcola una reconstrucción que completa la biografía que en su día diera a la imprenta con el sello Ediciones del Subsuelo–, como por la excelente, diáfana y elegante traducción que ha ejecutado, igual que los grandes maestros de orquesta, el periodista y escritor Ignacio Vidal-Folch.
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