Los alemanes la denominan alltagsgeschichte, pero en España, cuya historiografía, igual que su literatura, destaca por su alta intensidad realista, se la bautizó, no sin una cierta polémica, como historia de la vida cotidiana, un ámbito de estudios académicos –relativamente recientes– que tratan de interpretar el pasado no en función de grandes hechos y personajes históricos singulares, sino penetrando en ese concepto –fecundo al tiempo que unamuniano– de la intrahistoria. La visión del pretérito según quienes lo vivieron. Una historia en primera persona –aunque sus protagonistas puedan ser parte de una colectividad– alejada de la memoria interesada que, más que a los hechos, responde a los recuerdos subjetivos. En la obra de Julien Blanc (1908-1951), escritor francés de escasa fortuna pero indudable talento (fue finalista del Goncourt y ganador del Premio Sainte-Beuve), confluyen el retrato social de una época y un tiempo –la Europa infernal de principios del pasado siglo– y la creación literaria.
Las Disidencias en The Objective.