“Dios no existe / Es una imaginación de la Iglesia”. Leopoldo María Panero escribió estos versos para ‘La monja atea’, su epitafio sobre el ocaso del cristianismo. En ellos formula la duda, que para muchos es certeza, de si la narrativa del catolicismo, tal y como nos la transmitieron nuestros mayores, no será una ficción. La religión, en efecto, nace con una fábula. Su trascendencia deviene del marco de sentido evangélico, que alcanza su clímax con la tragedia de la crucifixión, pero, igual que las películas de Hollywood, tiene un final feliz: si hay vida tras la sombra de la muerte es porque Dios existe. Cabe decir lo mismo del pensamiento conservador. ¿Es real o se trata de una invención de la izquierda? El filósofo Álvaro Delgado-Gal, director de durante un cuarto de siglo de la excelente Revista de Libros, ahora liberado de la tarea hercúlea de coordinar una publicación consagrada a la discusión intelectual, absoluta rara avis en el panorama de la prensa cultural, se ocupa de responder a esta cuestión en Los conservadores y la revolución (Alianza), un ensayo brillantísimo, profundo y luminoso donde ejerce de librepensador, esa especie en vías de extinción en la atmósfera de lo que los posmodernos digitales llaman –recurriendo al término inglés– la conversación.
Las Disidencias en Letra Global.