La conquista española de América es un asunto que se presta a enfoques literarios divergentes, desde el tono heroico, cultivado por los autores de las venerables y exageradas epopeyas antiguas, hasta el administrativo, que es el que conservan las numerosas relaciones, los pliegos de descargo y la fecunda y prolija legislación de Indias. Esta multiplicidad de perspectivas, desde las miradas salvíficas a los análisis más crudos y críticos, muestran la complejidad de un hecho que cambió el mundo –inaugurando la propia historia moderna– y que, seis siglos después, aún descoloca a quienes juzgan el pasado con las estrechas convenciones del presente. Por eso libros como Conquistadores (Tusquets), firmado por el escritor y cineasta francés Éric Vuillard (1968), prometen algo –“relatar la conquista del Perú por Francisco Pizarro como nunca antes se había contado”– que, sencillamente, no están en disposición de dar, salvo para aquellos lectores que busquen una fábula llena de arquetipos que corrobore sus ideas previas, al margen de los matices.
Las Disidencias en Letra Global.