Una de las pruebas –irrefutables– de que la teoría literaria, cuando se aleja del habitual autismo académico y se dedica a reflexionar a fondo sobre el poder de la escritura artística, es una disciplina útil que nos ayuda a conocer más y mejor un mundo que todavía es humano, y que va a seguir siéndolo hasta el final de los tiempos a pesar de los abundantes profetas del transhumanismo y de los fascinados embaucadores de la Inteligencia Artificial, es que, en espacios culturales alejados, incluso contradictorios, los senderos que inauguran los grandes escritores tienden a converger hacia preceptos universales. Quien mejor ha formulado este fenómeno entre nosotros –nos referimos a la venerable tradición hispánica– es Darío Villanueva, académico impar, expresidente de la RAE y uno de los grandes maestros de literatura comparada en español.
Las Disidencias en The Objective.