Hablan de lo mismo, pero en idiomas distintos y con la firme voluntad, por ambas partes, de no entenderse. El pulso sobre Doñana que libran la Moncloa y la Junta de Andalucía, cuyos líderes persiguen réditos electorales a cuenta de la mayor joya ambiental del Sur de España, tuvo ayer en Huelva –tierra mítica de minerales, provincia periférica y frontera con Portugal– uno de sus combates escénicos más intensos. Los jefes de las respectivas escuadras en liza se castigaron desde escenarios separados, sin dar la más mínima esperanza a un acuerdo de mínimos que libre a España de una sanción económica, pero también moral, de la UE. Pareciera que ninguno desease serenar la atmósfera. Es exactamente lo que ocurre. Ambas partes ansían entrar en fiera y desigual batalla cuanto antes. El conflicto les interesa más que la paz.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.