Un decreto con tres días de luto oficial por la muerte del Papa y el enésimo anuncio de que en Andalucía no habrá un adelanto electoral que acelere los tiempos políticos de una España sin presupuestos e instalada en una inestabilidad crónica que, sin embargo, cada día que pasa es más duradera. Así empezó la agenda posterior a la Semana Santa del presidente de la Junta, que prosigue, sin alterar sus planes, la hoja de ruta prevista en busca de su tercera reelección. Que las elecciones autonómicas vayan a ser, según sus palabras, en junio del próximo año, dentro de trece meses, no es estrictamente una noticia. Se trata de la fecha que corresponde a una legislatura completa, de cuatro años. Toda una anomalía en los últimos tiempos.
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