Si en algo, aunque sea remotamente, se parece la política (seria) a la literatura, y únicamente en eso, es en que el cómo es más importante que el qué. Lo único trascendente. El factor en función del cual una sociedad madura debería medir la altura y eficacia de sus próceres. Por desgracia, en la Marisma tenemos muchos políticos que nos cuentan sus deseos, intenciones y apuestas, pero sin aclarar cómo van a llevarlas a cabo. A veces pensamos que es malicia –y más de un caso hay, porque la política, lo mismo que la vida corriente o el periodismo, está llena de malas personas– pero, como nuestro natural es piadoso, queremos creer (aunque nos cueste troppo) que la causa de esta costumbre es más prosaica: se trata de simple incapacidad. El Gran Laurel arrancó el domingo el curso político en Torremolinos –ya saben ustedes que el Reverendísimo es un hombre de mundo y encuentra lo exótico cerca de casa– asegurando que su gobierno actuará como “dique de contención” ante el desafío que supone la más que probable alianza entre el PSOE del Insomne Sánchez, la suma (que resta) de Sor Yolanda del Ferrol y la batucada de los independentistas vascos y catalanes. Nos parece fantástico, pero es nuestra obligación advertirle a Il Presidentino que ya va tarde. Molto tardi
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.