Los historiadores, escribió el poeta Heine, son profetas que miran hacia atrás. Los periodistas no podemos explicar el presente prescindiendo del pasado, que es su contexto. El súbito adelanto electoral con el que Pedro Sánchez intenta diluir el malestar orgánico en el PSOE y salvar los muebles de la Moncloa antes de la llegada de unos bárbaros que no leen a Kavafis, depende no tanto de la campaña que conciba Ferraz –presuntamente: concentración del voto de izquierdas en una única candidatura y una réplica, ya veremos si exitosa, de la famosa alianza antifascista con la que Pablo Iglesias concurrió a las anteriores elecciones regionales en Madrid– como de una lectura inteligente de los resultados del 28M. En apariencia, el barco se está hundiendo en el mar y el capitán, ante una probable rebelión de la tripulación, ha ordenado a avanzar –a toda vela– hacia Finisterre. Todos los navegantes, desde los tiempos de Ulises, lo saben: en alta mar son tan habituales los espejismos solares como los cantos de las sirenas. La tempestad puede mudar de pronto en calma. Y viceversa.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.