Dentro de diez días escasos se celebra la Epifanía, una de las liturgias más venerables y antiguas del credo cristiano. Para el PSOE de Andalucía, la agrupación del partido con más militantes (40.138), aunque ahora menos influyente que antaño –para regocijo del PSC, que ha ocupado su lugar–, esta celebración no viene con regalos, aunque sí trae un premio de consolación. Con la llegada de los Reyes Magos debería desvelarse el primer misterio: cuántos candidatos competirán en las primarias para designar al jefe de filas del PSOE-A.
La segunda incógnita –quién ganará– puede quedarse sin resolver por falta de competencia. Sea quien sea el elegido, la entronización de un nuevo secretario general en Andalucía no garantiza necesariamente ni un mejor resultado electoral –las elecciones autonómicas están fijadas para junio de 2026– ni tampoco supondrá la renovación a fondo de la organización. Ambos asuntos están estrechamente vinculados. Sin el segundo no cabe concebir el primero.
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