Si de la mera intención nace el agravio, como sostenían los escritores moralistas del Siglo de Oro, la investidura ‘in fieri’ parece ser el preludio de una guerra territorial que puede terminar incendiando las cancillerías institucionales de la España autonómica, deteriorando –todavía más– la convivencia y agravando la crisis política. Las protestas en contra de las concesiones políticas del PSOE y Sumar en favor independentismo –amnistía para Junts; condonación de una parte de la deuda catalana para ERC– camuflan, dada su aparatosidad, la gran batalla de fondo que va a librarse si es que la legislatura prospera y no hay repetición electoral. El endiablado sistema autonómico español, que los socialistas siempre han deseado transformar en un régimen de corte federal, encierra una inmensa paradoja: sus defensores –sean tradicionales o conversos; esto es indiferente– predican con vehemencia sus bondades, pero los datos económicos señalan que padece no sólo deficiencias operativas –en términos de economía de escala y eficacia–, sino una situación (aparente) de quiebra técnica.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.