Los socialistas, en general, y el PSOE meridional en particular, sellaron en el último comité federal del partido, celebrado hace una semana, el rito de iniciación que conduce, de forma irremediable, al taoísmo. La doctrina de Lao-Tse, surgida en la antigua China milenaria, sostiene que la mayoría de los problemas del ser humano se deben a que las personas utilizan las cosas –y a sus semejantes– para deleitar a su corazón o hacer realidad sus deseos, en lugar de ver los hechos de forma positiva y enjuiciar a los demás de manera entusiasta. El secretario general de los socialistas andaluces, que nunca ha sido un político de talante osado, fiel su naturaleza quietista, siempre ve el vaso medio lleno y, a veces, hasta rebosante. En el cónclave del PSOE, a cuenta del cupo catalán, que se ha convertido en una controversia nominalista –sin filósofos, pero con demasiados teólogos–, el también portavoz del PSOE en el Senado hizo un discurso favorable y anunció que Andalucía jugará un “papel equilibrador” en la discusión para que la financiación autonómica “sea para todos y no para unos pocos”.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.