La sucesión de la cúpula militar en la dirección política del PSOE en Andalucía, la agrupación más nutrida del partido, con más de 40.000 militantes, y la parte de la organización socialista que más influencia histórica tuvo hasta el súbito advenimiento, moción de censura mediante, del sanchismo, tiene casi todos los elementos necesarios de una novela de intriga. Casi, negra. Hay un asesino, que sonríe muchísimo para disimular su propia condición. Están también los personajes secundarios –Juan Espadas, destronado sin piedad y sin excesivo honor tras haber consumado in illo tempore su traición shakespeariana contra Susana Díaz, su antigua mentora y ahora enemiga perpetua; y María Jesús Montero, su sucesora natural por decisión marcial de la Autoridad Competente (que no es exactamente castrense, pero, sin duda, lo pretende). El contexto también es un factor importante: un presidente que ha decidido resucitar a Franco para tapar las fugas de agua de su flanco izquierdo, donde el experimento Sumar naufraga sin remedio y la Capilla Episcopal de Podemos continúa encerrada en su propia cámara de eco frente a una derecha (bicéfala) que no entusiasma a nadie. Ni a ellos mismos.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.