Si la política, como la vida, es un teatro de máscaras donde los actores encarnan a personajes ajenos a su propia identidad, con otro rostro y un nombre diferente al verdadero, Andalucía es, sin duda, una de las sedes (canónicas) del viejo arte de Thalía. “El teatro”, escribió Joseph Joubert, un moralista francés del siglo XVIII, “debe divertir noblemente, pero nada más. Pretender hacer de él una escuela de moral es corromper a la vez la moral y el arte”. Es una descripción bastante exacta de la atmósfera política en Andalucía, que esta semana ha presentado en la Feria de Turismo de Madrid (Fitur) su apuesta institucional para impulsar uno de sus principales sectores económicos: la industria (turística) de la estampa. Moreno Bonilla comandaba la expedición oficial a Ifema, uno de cuyos actos principales fue la proyección de la campaña promocional Andalusian Crush en la Plaza del Callao, para presentar un balance (triunfal) del año que acaba de terminar. Casi 34 millones de turistas visitaron el Sur de España en 2023.
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