El difunto David Bowie, redescubierto por los más jóvenes tras su muerte, abría en 1972 el más grande de sus discos —The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars— con una canción titulada Five Years. Era el augurio de una distopía planetaria. Arropado por un cuarteto de cuerdas y un piano categórico, Bowie anunciaba que a la humanidad le quedaba apenas un lustro de plazo hasta su extinción. La Tierra estaba condenaba. Todo iba a saltar por los aires. El Armagedón no llegó, por fortuna, pero los apocalipsis cotidianos, que son los peores, se han sucedido sin cesar desde entonces en distintos tiempos y espacios.
Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.
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