Acostumbra a decirse, desde tiempos inmemoriales, que la mejor defensa consiste un ataque certero. “Si vis pacem, para bellum”, frase que se atribuye a Flavio Vegecio Renato, conde y varón ilustre, según reza su propio autorretrato, que escribió en la Roma del siglo IV, mucho antes de que, según cuenta la leyenda, se convirtiera piadosamente al cristianismo. La batalla de los aranceles, desatada por Trump desde la Casa Blanca, está dislocando a las bolsas mundiales y amenaza la prosperidad, siempre pasajera, del mundo civilizado, augurando para las economías más pobres nuevas calamidades cotidianas: inflación –un método para robarle a los pobres sin violencia–, alza de precios, quiebras, despidos y ruinas empresariales. No es muy diferente, en términos sociales, a un Armagedón.
Los Aguafuertes en Crónica Global.