A tenor de los primeros compases de la nueva campaña electoral del 23J, prolongación súbita del aparente desastre (socialista) en este 28M, ya están claros los argumentarios que los candidatos del PSOE van a utilizar –a la desesperada– para intentar salvar los muebles (de su casa). De eso trata el gran pulso. En primer lugar, queridos indígenas, van a oír ustedes por tierra, mar y aire una sucesión interminable de mensajes acusando no únicamente a Vox, sino al Gran Laurel, que encarna en su persona todos los atributos del santo escabeche, de ser un perfecto trumpista. El peor de los populistas. Un absoluto peligro público. No se rían todavía que –como decía Super Ratón– aún hay más. La segunda milonga, puramente sentimental, va a consistir en un pregón (a la manera cofrade) de las supuestas bondades morales e históricas de los socialistas para tratar de conmover a sus votantes, que no han ido a las urnas ni en proporción ni con el entusiasmo necesario para mantener el circo. Siendo lo primero grave, lo segundo es ya directamente inaguantable.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.