“Un destino no es un lugar geográfico. Es una forma nueva de ver las cosas”. Henry Miller relata en El coloso de Marusi un viaje a Corfú para visitar a Lawrence Durrell y describe a Grecia como una suerte de epifanía vital. Al llegar al Egeo, el auténtico mar de los clásicos, el escritor norteamericano siente haber dejado atrás la decadencia (moral) de Occidente. En busca del fin topa con el principio: donde, a la manera de Whitman, encuentra el poder telúrico de la Tierra, el sol, la sal, la esencialidad de las rocas desnudas, el viento y el origen mismo del hombre, surgieron las sociedades comerciales. Solemos salir de casa –sobre todo cuando nos sentimos increíblemente jóvenes– para escapar del hogar. Con el paso del tiempo acabaremos dándole la razón al hermoso verso de Novalis: “¿Dónde vamos? Siempre a casa”.
Las Disidencias en Letra Global.
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