Northrop Frye, un crítico literario canadiense, dejó escrito que toda la historia de la ficción puede resumirse siguiendo el camino que discurre desde la mitología al realismo. De la magia a la vulgaridad. Aplicando esta teoría del desplazamiento a nuestra clase política, que es una forma de degradación como otra cualquiera, tenemos la impresión, una semana después de oír los lamentos y contemplar las manipulaciones por la muerte de Rita Barberá, procesada en el Tribunal Supremo por el caso Taula, que nuestros dirigentes prefieren mantenerse encerrados en el territorio de la mitología mientras los gobernados debemos seguir lidiando todos los días con el espanto cotidiano. Para ellos todavía existen los héroes. Especialmente si pertenecen a su círculo de confianza. Para nosotros, en cambio, dejaron de existir cuando descubrimos que la política es igual que la famosa caverna de Platón: el fondo de una cueva donde sólo se proyectan sombras. La auténtica vida, por fortuna, es otra cosa distinta.
Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global.
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