Los orientales lo resumen en una parábola que tiene forma de haikú: “Cuando un hombre sabio / señala a la luna, / los necios miran el dedo”. La luna y el dedo pertenecen a universos distintos. Para la filosofía zen son categorías antagónicas. La primera representa el mundo ideal de los sueños; la segunda, en cambio, remite a la realidad pedestre. El pacto de investidura (potencial) firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, rubricado sin consultar a los órganos de gobierno de sus organizaciones, lo que demuestra que la tardodemocracia española no es un sistema de vertebración social, sino un régimen de partidos unipersonales, se ajusta como un guante a la enseñanza de este breve cuento oriental. La posibilidad de un Gobierno progresista –aunque este término ya no signifique nada– está (para algunos) cerca del campo sagrado de los sueños (también considerados pesadillas); la inevitable extensión del acuerdo en favor de los intereses espurios de los nacionalismos (vasco y catalán) nos conduce, sin remedio, al terreno de lo vulgar inmediato.
Los Aguafuertes en Crónica Global.
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