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Disidencias

Chaves Nogales y el combate (británico) contra la literatura nazi en Iberoamérica

carlosmarmol · 25 octubre, 2025 ·

El periodismo se debe a la verdad y el resto, por parafrasear L’Art poétique (1874) de Paul Verlaine, es literatura. La frontera entre estas dos formas de escritura son expresas, aunque entre ambas también exista un territorio ambiguo que, en general, tiene más que ver con los hechos de estilo que con los hechos reales. Si algo es de interés general y sucedió de una determinada manera, al margen de cómo se narre, es objeto del periodismo. Si no ocurrió, por mal que se cuente, es ficción. La literatura puede habitar indistintamente en ambas orillas, pero es un error confundir –y juzgar ciertos textos– como exactos porque su verdad poética así lo enuncie. La segunda entrega de los Diarios de la Segunda Guerra Mundial, editada por la filóloga Yolanda Morató para la editorial El Paseo, que hace unos meses ya publicó, con gran éxito de crítica y público, el primer caudal de inéditos –en forma de libro– de los artículos escritos por Manuel Chaves Nogales (1897-1944) desde su primer exilio en París, a sueldo para las agencias de noticias, donde tuvo que refugiarse tras huir de España, plantea un interesante debate sobre esta cuestión. 

Las Disidencias en The Objective.

Baudelaire y sus consejos (diabólicos) para diletantes

carlosmarmol · 24 octubre, 2025 ·

Lo recogió Marino Gómez-Santos, uno de los más esforzados biógrafos de la literatura española, en su famoso libro de aventuras sobre César González-Ruano –Ruano en blanco y negro –Clipper, 1958; Renacimiento, 2020– y lo repite Javier Varela en su biografía: La vida deprisa (Fundación Lara). El articulista madrileño, siendo aún un perfecto desconocido, un día irrumpió en el Ateneo de la capital con el pelo teñido de colores y, en un acto literario, proclamó a gritos ante la audiencia allí congregada que el Quijote –el mejor libro que vieron los tiempos pasados y verán los venideros– es una bobada y Cervantes un perfecto impostor. El escándalo fue de tal magnitud que, al día siguiente, el episodio apareció en los periódicos. Titular: “A González no le gusta Cervantes”. El que años después sería el gran articulista de su época deja automáticamente dejó ser un desconocido y, sin haber escrito todavía nada memorable, pasó a ser el enfant terrible del momento. El gesto precede al artista, que simula serlo merced al teatro, más que a la escritura. Ruano, cuya prosa tiene el atractivo de la levedad extrema, deslumbró a sus iguales e inspiró a imitadores –el más célebre, sin duda, fue Umbral–, pero fue incapaz en toda su vida, no exenta de canalladas, de hacer un libro como Dios manda, a excepción de su ensayo impresionista sobre Baudelaire. 

Las Disidencias en Letra Global.

Umbral: los inéditos de ‘Jano’

carlosmarmol · 18 octubre, 2025 ·

“Uno siempre ha escrito en trance, en transverberación o por encargo”. De todas estas maneras, ya sean por separado o de forma simultánea, construyó su obra periodística Francisco Umbral (1932-2007), el último autor sagrado del articulismo español, que ha tenido muchos imitadores –que no deben ser confundidos con sus devotos– pero cuyo trono en la cúspide del columnismo patrio continúa vacío desde que hace 18 años su cuerpo, gastado y frágil, cruzase por fin a la otra orilla de la Estigia. Umbral, como es sabido, no se llamaba Umbral. También se quitaba años, como su admiradísima Lola Flores: su carnet de identidad desmentía en cuatro años la fecha que obligaba a poner en la solapa de todos sus libros, donde casi siempre reproducía la misma foto, como si su efigie, cultivada con suma dedicación, malicia e inteligencia, fuera inmune a las trampas del calendario. El tiempo se llevó al hombre y nos dejó al personaje. No está claro todavía si respetó al autor, cuya figura da cuenta de un pasado ya convertido en pretérito, al margen de sus indiscutibles hallazgos literarios. 

Las Disidencias en The Objective.

Walter Benjamin: palabras místicas y días cabalísticos

carlosmarmol · 17 octubre, 2025 ·

No es extraño que la Biblia, incluso por delante del Quijote, sea el libro más leído –y más vendido, que no es ni mucho lejos lo mismo– de toda la historia de la cultura. Al margen de su materia religiosa, y en abundantes casos doctrinal, el gran libro de libros, que igual que la Primera Parte de la gran novela cervantina o las Mil y una noches, una obra capital de la tradición oriental, cobija en su interior una sucesión de narrativas encadenadas, enuncia muchos conceptos que todos utilizamos a diario. Entre ellos figura el de canon, que en la cultura occidental se aplica a la literatura y surge a partir de la jerarquía y combinación de los testamentos y, antes, de los dos grandes poemas homéricos: la Ilíada y la Odisea. De estas dos estirpes devienen todos los demás libros que en el mundo han sido y serán, incluidos los insignificantes, que lo son, básicamente, por su fracaso en el intento de convertirse en obras canónicas. 

Las Disidencias en Letra Global.

Elias Canetti y la ancha provincia del desengaño

carlosmarmol · 11 octubre, 2025 ·

Uno nace, crece y, a partir de determinada edad, se sienta a contemplar el desfile de aquellos que le preceden, acaso cobijado entre las sombras para no llamar demasiado la atención, hasta que un día –como otro cualquiera– le toca el turno de sumarse a la fila y el prodigioso espectáculo se detiene. ¿Para siempre? Es muy probable, aunque nadie lo sabe todavía a ciencia cierta. Igual que el célebre verso de Kipling –“Si alguien pregunta por qué morimos / decidles que fue porque nuestros padres mintieron”– la existencia de cada hombre consiste, in nuce, en el absurdo acto de nacer para la muerte. Ya lo explicó Leonard Cohen: “En arte no existen más que tres temas: Dios, el sexo y la muerte”. Todos son el mismo. “En la cuestión que para mí es más importante, la de la muerte, no he encontrado más que oponentes entre todos los pensadores. Esto puede explicar por qué mis reflexiones sobre ella aparecen aquí con la fuerza de una fe y jamás se expresan sin celo ni vehemencia”, escribió Elias Canetti en el preludio de La provincia del hombre, una de sus sabrosas colecciones de anotaciones, aforismos y reflexiones, que regresa de nuevo a las librerías (su primera versión en español se publicó en el lejano 1982) dentro de la colección Clásicos Radicales de Taurus, con un prólogo, as usual, del editor Ignacio Echevarría, capaz de manejar todos los secretos de la obra del escritor búlgaro, de origen sefardí, sin saber alemán, que es la lengua que el Premio Nobel eligió para escribir todos sus libros. 

Las Disidencias en The Objective.

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Ilustraciones: Daniel Rosell