“El estilo define al hombre”, escribió Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, en una disertación pública tras haber sido nombrado uno de los cuarenta inmortales de la Academia Francesa. La frase hizo fortuna y, desde entonces, se repite como una fórmula matemática, tan indudable como exacta. Algo de cierto hay. Veamos un caso práctico:
“¿Es realmente una desgracia tener conocidos en vez de amigos? Gran error. ¿Qué es un amigo? Lo más inútil del mundo para la fortuna. Para empezar, nunca se tiene más de uno y siempre es el mismo; lo mismo valdría para un matrimonio. No hay nada que sea más útil que los conocidos: se pueden tener muchos y, cuanto más se tengan, más se multiplican las posibilidades en cuanto a su utilidad (…) Todo se reduce a conocer a un gran número de hombres. Jueguen mucho para que se les pueda ver mucho. El resto de los medios son menores en comparación».
¿Qué personalidad se oculta tras semejante afirmación? ¿Es la voz de un cínico que revela la impostura (y la utilidad) de las relaciones sociales o se trata acaso de una naturaleza sincera hasta la brutalidad? ¿Nos habla un loco o un cuerdo? Diríamos que la frase representa a una personalidad que encarna ambas cosas al mismo tiempo.
Las Disidencias en #LetraGlobal.
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