Nuestros ilustres próceres profesan una devoción casi patológica por el optimismo cuando las circunstancias les favorecen. De igual manera, se ponen pesimistas si no son quienes mandan. En este eterno juego del yo-yo, por decirlo de forma simpática, destaca nuestro admirado Quietista Espadas. El delegado de Ferraz en la Marisma, que ha hecho una campaña de perfil bastante bajo, por no decir directamente subterráneo, ha abandonado sus silencios (que nunca son voluntarios, sino obligados por la orden de una autoridad superior) asegurando que la carambola del 23J muestra que el PSOE indígena ha recuperado el pulso electoral, después de haber tocado fondo en los dos últimos comicios autonómicos. Le ha faltado decir que lo mejor está por llegar. No lo hizo. ¿Se preguntan la razón? Nosotros también, pero, como sucede con los grandes secretos, la verdad se esconde mejor dejándola a la vista.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.