El mayor vicio de los sevillanos es la nostalgia, esa costumbre de caminar con la cabeza girada sobre los hombros, mirando hacia atrás.Con la melancolía algunos han hecho literatura –no siempre buena– y otros hondas elegías sobre el tiempo detenido, que es aquel que aspiramos a fijar en un instante.
La Noria del sábado en El Mundo.
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