El objetivo era soltar lastre. Y, de momento, Sacyr lo está consiguiendo. La adjudicataria del Parasol, el centro comercial que Monteseirín construyó para su mayor gloria personal con el 40% del dinero recaudado gracias a los convenios urbanísticos previstos para financiar los equipamientos de Sevilla durante una década, ha logrado una victoria judicial insólita que, aunque aún no es definitiva, alimenta su aspiración de deshacerse de un negocio, en apariencia inmobiliario, que ha dejado de ser rentable.
La Noria en El Mundo.
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