Domingo Faustino Sarmiento, prócer de la Argentina decimonónica, padre de una patria que todavía estaba por hacer, escribió: «Si peleamos por la educación, venceremos a la pobreza». En Andalucía esta noble aspiración es incierta. El 38% de la población (3,2 millones de personas) padece lo que los sociólogos llaman «riesgo de exclusión», un eufemismo para no nombrar a las cosas por su verdadero nombre: son pobres, gente sin dinero para sobrevivir. La crisis ha engordado esta cofradía de la desgracia en 467.762 personas más, según el informe del European Anti Poverty Network (EAPN). Muchas proceden de familias expulsadas de la clase media, que ya no es destino, sino estación de paso. Otros son jóvenes. Incluso niños.
Las Crónicas Indígenas del lunes en El Mundo.
Deja una respuesta