No deja de ser una colosal ironía del destino, que es quien gobierna nuestros días y atormenta nuestras noches, que el gran teatro del próximo cónclave de Génova esté siendo representado bastantes semanas antes de su celebración por sus principales actores y los habituales monaguillos –entiéndase el término desde el punto de vista descriptivo y funcional, no despectivo– con el argumento de que este nuevo congreso de la derecha española, el primero ordinario en ocho años, conseguirá “el rearme ideológico” del PP ante una batalla electoral sin fecha cierta, pero tan deseada en un bando como molesta para el contrario. Feijóo hace saber así, a aquel que quiera y pueda entenderlo, que la ponencia política que se aprobará en los albores del próximo mes de julio en Madrid será una declaración solemne con “los principios” que no estarán en venta sean cuales sean los resultados electorales. En principio, parece un buen comienzo. Es discutible que sea además un óptimo final.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.