Quienes tenemos la fortuna de haber alcanzado cierta edad, y sabemos ya que no moriremos jóvenes, ni por supuesto dejaremos un bonito cadáver, lo recordamos: “Andaluz, éste no es tu referéndum”. La UCD, que pretendía crear un Estado de las autonomías asimétrico, donde Cataluña, Euskadi y Galicia tendrían un régimen de competencias y el resto de España otro, contrató a Lauren Postigo (Palomo), que entonces presentaba un programa de coplas en la televisión, para su campaña disuasoria en contra del referéndum de autogobierno. Pensaron que una voz popular convencería a la gente para que se abstuviera. La idea fue de Pérez Miyares, que era del mismo pueblo que Postigo (Nerva), y fue refrendada por Pérez-Llorca, un conservador (a la gaditana) que formó parte del sagrado sanedrín de la Constitución. La Santa Autonomía, después de apenas tres años de vida, quedó en barbecho coincidiendo con la entrada de España en la UE. Los socialistas, para mitigar el desencanto, la convirtieron en una inmensa máquina clientelar cuyos recursos todavía siguen destinándose a sostenerse a sí misma. La cosa salió de pena, pero eso no invalida el origen: el Sur se resistió por primera vez a recibir un trato diferente al Norte.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.