El poeta alemán Heine, cuyo don para escribir buenas citas no ha sido igualado, decía que el hombre es incapaz de comprender una ruina hasta el día en el que se convierte en una más de ellas. Salvando todas las distancias líricas, esto mismo es lo que esencialmente le sucede al PSOE en Andalucía cuatro décadas después de la creación de la gran autonomía del Sur. Los socialistas se encuentran al borde del precipicio. Desde 2018, cuando fueron desalojados de San Telmo por la hegemonía de las derechas meridionales, consolidada con la mayoría absoluta de hace un año, han perdido votos, relevancia, el poder regional y, hace sólo unas semanas, muchas de las plazas municipales que garantizaban su presencia institucional: ayuntamientos grandes –Granada, Huelva, Sevilla–, seis diputaciones, concejales y alcaldes. La federación más importante del socialismo español lleva un lustro largo de depresión anímica, social y política. Dentro de un mes se enfrenta al todo o nada planteado por Pedro Sánchez este 23J. El presidente del Gobierno arranca este fin de semana la nueva precampaña electoral en Dos Hermanas (Sevilla), una localidad meridional cargada de simbolismo.
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