El lenguaje posesivo denota siempre una actitud política. Entre otras razones porque, según Alarcos Llorach, maestro en esta materia, la primera función gramatical que realiza cualquier determinante posesivo antepuesto a un nombre es la de presentador: quien empieza una sentencia con un posesivo carismático se define a sí mismo sin necesidad de pronunciar más palabras.
Las Crónicas Indígenas del sábado en El Mundo.
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