La estadística, como todos sabemos, es un arte que se basa en simular exactitud para enunciar medias verdades que, con bastante frecuencia, suelen esconder engaños interesados. No hay político, sobre todo si pertenece a la sección de los diletantes, que no tenga un spin-doctor con una batería de números (manipulados) a mano para intentar edulcorar las cosas y presumir de aquello que no existe y además no pasa. George H. Gallup, creador del Instituto de Opinión Pública de Norteamérica, sostenía que podía probar la existencia de Dios estadísticamente. La medición de la atmósfera social es más eficaz (para los sofistas) que la metafísica. ¿Qué es la verdad? Las encuestas dicen que es lo que la gente cree o manifiesta. Aunque sea mentira. La realidad, sin embargo, que es la vacuna más eficaz contra los engaños, termina por imponerse.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.