Voltaire escribió que el interés es el perfume del capital. Seguramente lo hizo sin conocer a las tribus sevillanas que saquean el presupuesto, para las que el interés se traduce, sobre todo, en las relaciones, los contactos, las familias, los favores y las prebendas que dependen de lo público, que es otra forma singular de interés: más carnal, escasamente matemática y nada perfumada.
La Noria del sábado en El Mundo.
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