Enrique Jardiel Poncela, uno de nuestros mejores escritores del absurdo, perteneciente a esa estirpe tan poco valorada de autores cuya literatura se sustenta en el humor, esa forma de inteligencia superlativa, se interrogaba en el título de una célebre comedia (perdonen ustedes la impertinencia) si realmente hubo alguna vez 11.000 vírgenes. Tras el congreso exprés del PP para elegir al sucesor de Rajoy no cabe sino preguntarse: ¿Pero el PP fue alguna vez de centro? La victoria de Pablo Casado, el joven al que los títulos académicos apenas le cuestan una sonrisa profidén, supone –lo decimos mansamente– un retorno hacia las esencias más conservadoras de la vieja derecha española, que ya sabemos que aspira a representarnos a todos cuando únicamente defiende los intereses de unos pocos ilustres (es un decir).
Los Aguafuertes del lunes en Crónica Global
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