A la vista de que el Quirinale, ese reino de la paz social (para unos), no tiene entre sus planes inmediatos corregir el gran problema de la Junta –la mayor parte de sus recursos se destinan a pagar el régimen de privilegios de muchos funcionarios públicos–, y que el Gran Laurel ha decidido que es mejor esperar a que se vaya jubilando el personal y todos los paralelos heredados de los sucesivos gobiernos (clientelares) del PSOE, que el Reverendísimo anuncie solemnemente en el Parlamento que el presupuesto de la Marisma del próximo año subirá un 5,5% (hasta los 46.753 millones) nos deja fríos. La cifra, al margen de la propaganda, no dice nada salvo a los convencidos, muchos de los cuales ya cobran (y bastante) de esa misma saca. Al juzgar unas cuentas públicas lo trascendente no es nunca su masa monetaria –que en un presupuesto además es materia ficticia– cuanto su destino y los resultados logrados.
Las Crónicas Indígenas en El Mundo.