“Todo se convierte en ciencia-ficción. De los márgenes de una literatura casi invisible está brotando la realidad del presente”. En 1964, J.G. Ballard publicó una novela –The Drought (La sequía)– donde imagina un planeta Tierra sin reservas de agua potable. Ese mundo es ya el nuestro, aunque en este caso no se trate de una fábula distópica ni de una ensoñación. El cambio climático ha convertido la narración apocalíptica de Ballard en periodismo de actualidad. Y arroja una inquietante luz cenital sobre la última gran calamidad que acosa a Andalucía, donde el impacto económico, social y político derivado de la falta de lluvias va a ser colosal. Inmenso. La vida nace con la humedad. La muerte siempre es seca. Los vecinos de Hamilton, el pueblo donde sucede el libro de Ballard, igual que en Doñana, han visto convertirse en infinitos paisajes de fango seco los humedales y las lagunas. Unos se han marchado en busca de una incierta supervivencia; otros dejan de ser personas de orden y linchan a los forasteros que tratan de robar agua bendita de la pila de la iglesia parroquial. Los animales agonizan. La agricultura es un vestigio del pretérito. Todo está tan yermo que ni los niños pueden llorar.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.