La política es como un juego de naipes. Los electores reparten la baraja cuando votan y, una vez dadas las cartas, los partidos juegan la mano tratando de engañar al contrario e intentando lograr un Royal Flush, la célebre escalera real del póker. Amarillo Slim, un maestro en el arte bastardo de las cartas, contaba: «Nadie gana siempre. Y el que lo dice o miente o no juega». Cada vez que se convocan elecciones ocurre lo mismo: sabes cómo llegas, pero ignoras cómo saldrás del trance. El 26J no será una excepción. Esta segunda vuelta puede deparar sorpresas.
Las Crónicas Indígenas del viernes en El Mundo.
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