El candado inmisericorde de la ley electoral –paradójicamente, sigue siendo la española– consolidó esta noche la mayoría independentista en el Parlament de Cataluña pero deja sin resolver, una vez más, el bloqueo político en el que se encuentra sumida la política catalana, y por tanto también la española, desde hace una década, cuando comenzó el infausto procés. Los nacionalistasavanzan en su división interna sin dejar de sumar votos. Continúan siendo dominantes frente a los atomizados partidos constitucionalistas, que retroceden en escaños –cuatro menos– y además, en esta ocasión, sufren una significativa metamorfosis.
Los Aguafuertes en Crónica Global.
Deja una respuesta