Para resucitar a la Inquisición conviene encender una hoguera. El desvío de fondos públicos en favor de la iglesia de Santa Catalina está despertando, en ciertas mentes preclaras, los fantasmas de un pasado que creíamos periclitado. Probablemente se deba a que sus inductores viven aún en un siglo pretérito.
La Noria del sábado en El Mundo.
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