Es bastante más sencillo –escribe Baroja, el ogro (bueno) de Itzea– engañar a toda una sociedad que a un simple individuo. Acaso suceda porque los hombres, en su conjunto, creen ser astutos cazadores, capaces de diseñar trampas para atrapar zorros, dejar en ellas un trozo de carne y, de pronto, meter la pierna en sus propias celadas. La financiación singular acordada por PSC y ERC para Cataluña, que implica su salida del régimen tributario común, va a suponer un grave problema financiero para Andalucía y otras regiones, que costean parte de sus servicios públicos gracias a los fondos de nivelación territorial del Estado. De ahí que la derecha meridional, que gobierna en el Sur de España desde finales de 2018, haya decidido convertir esta cuestión en su batalla capital en el nuevo curso político. La guerra va a librarse a vida o muerte. No se trata de una metáfora: el desenlace del pulso, que es más una impugnación al Gobierno central y a sus socios parlamentarios que un desafío a Cataluña, puede hacer que Moreno Bonilla –por usar un símil taurino– salga por la Puerta del Príncipe (el acceso de la Maestranza de Sevilla que sólo se cruza en las grandes ocasiones) o termine postrado en la enfermería del coso. Triunfo o debacle. Sin término medio.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.