Ars longa, vita brevis. La célebre frase de Hipócrates, padre de la medicina en la Atenas de Pericles, ha pasado a la historia con su formulación latina, pero fue pronunciada originalmente en griego . En una traducción expansiva podría interpretarse así: aprender consume toda una vida, y la nuestra tiene el tiempo tasado. El sabio griego advertía de esta manera a sus discípulos –y también a su clientela– de que para sanar a un enfermo un médico debe tener un conocimiento preciso de su oficio y de su materia, pero no es suficiente con saber mucho para poder salvar vidas. Es necesario además que las circunstancias ayuden. Con la lectura, que es la gimnasia del cerebro y la madre del entendimiento, por decirlo a la manera cervantina, sucede algo análogo: existen muchos más libros que horas tiene nuestra existencia. De antemano sabemos que no podremos leerlos todos. Ni siquiera los que ya están en nuestras bibliotecas. Los anaqueles son infinitos y nuestros pasos por las galerías de este universo terrestre, contados.
Las Disidencias en Letra Global.
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