El maestro Raúl del Pozo dejó dicho hace años: «De casa se sale meado y con los periódicos leídos». Nunca lo he olvidado. Para un periodista obviar estas dos obligaciones -la primera biológica; la segunda intelectual- es un fallo imperdonable. En el caso de un político, la regla podría formularse así: no te arriesgarás a perder una votación; especialmente si estás en el poder.
La Noria del sábado en El Mundo.
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