España es históricamente un país con un sinfín de fueros, normas, leyes y ordenanzas. Rara vez se cumplen. Don Quijote, antes de su partida como gobernador de la ínsula Barataria, advierte a Sancho: «No hagas muchas pragmáticas; y si las hicieres, procura que sean buenas y, sobre todo, que se guarden y cumplan». El filósofo Descartes lo resumió de otra forma: «Los Estados mejor organizados son aquellos que dictan pocas leyes, pero de rigurosa observancia». Desde luego, no es nuestro caso. Lo confirmó esta mañana el jurista Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo y miembro de la Real Academia Española, que cerró la última jornada del ciclo Letras en Sevillaque Arturo Pérez Reverte y Jesús Vigorra organizan para la Fundación Cajasol.
Una crónica para El Mundo.
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