Un optimista, según G.K. Chesterton, es aquel individuo que te mira a los ojos, mientras que la cofradía de los pesimistas está formada por los devotos del realismo que, para dirigirse a ti, contemplan tus pies con el fin de saber si el suelo que compartes con ellos es una superficie estable. Cuesta horrores mirar de frente a nadie cuando, pandemia mediante, los intercambios personales, y también los industriales, se han convertido en un factor de riesgo. Las mascarillas nos han convertido a todos en cuatreros. No way, como dicen los británicos, que este fin de semana confinaron el Sureste de la Gran Bretaña –Londres incluido– para pasar unas navidades que nos traen como regalo envenenado una variante del coronavirus que, según parece, es potencialmente más contagiosa que la que conocemos hasta el momento.
Los Aguafuertes en Crónica Global.
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