“Si los deseos fueran caballos, los mendigos serían jinetes”. Es una frase de John Dewey, probablemente el filósofo estadounidense más importante de la primera mitad del siglo XX por sus aportaciones, entre otras disciplinas, a la pedagogía. Dewey creía (contra su entorno) que la única forma de enseñar a alguien algo es la inteligente combinación de la experiencia con la libre deliberación. Algo imposible de hacer en la España actual, cuya diarrea identitaria, cultivada con vehemencia por las élites territoriales, ha alcanzado algo que hace décadas parecía imposible: negar las evidencias de la cienciaen favor de la propaganda política y la práctica de la ingeniería social, convirtiendo así nuestra escuela (la de todos) en una letrina de ideologías que no se caracterizan por tener ideas, sino intereses.
Los Aguafuertes en Crónica Global.
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