Si el buen Dios, como decía Flaubert, o el diablo, según la variante de Mies van der Rohe, está en los detalles, en política la ambición (inteligente) reside en los gestos. En la vida pública no basta con saber articular un relato (favorable) de las cosas. Los mensajes tienen que declamarse e interpretarse con cierta dicción, la vehemencia necesaria –ni más, ni menos– y una convicción que transmita verosimilitud y credibilidad. Las ficciones son nuestra manera de intentar ordenar y comprender lo que sucede, pero no cualquier cuento funciona. Moreno Bonilla ha elegido el papel de tercer solista dentro de la orquesta territorial de Génova, el gran frente de batalla de Feijóo contra la investidura (a cualquier precio) de Sánchez. Al igual que el resto de los presidentes autonómicos conservadores, el prócer andaluz lleva meses entonando su aria contra el acuerdo PSOE-Sumar-Independentistas. Como sus iguales, también prepara un recurso al Constitucional contra la amnistía y critica las repercusiones (contra la democracia, la igualdad y la separación de poderes) de la alianza entre Sánchez y las minorías parlamentarias contrarias a la Constitución. La diferencia con otros dirigentes regionales del PP reside en el tono elegido y en los términos de su retórica de resistencia.
Los Cuadernos del Sur en La Vanguardia.